"Una Crítica Literaria" fue publicada en 1846 y es uno de los más sorprendentes análisis culturales que se puedan encontrar. Es la crítica que Kierkegaard realiza de la novela "Dos Épocas" (To Tidsaldre), de Thomasine Gyllembourg.
La novela cuenta la historia de una familia, en dos épocas, la época de la revolución, y, con el advenimiento de la modernidad, la era presente. La era de la revolución aparece reflejada en una historia de amor y juventud, la historia de dos personajes: Claudine y Charles Lusard. Y, el foco de la historia que refleja la era presente, aparece en el retorno a Copenhague, en 1844, luego de un largo período en el extranjero (tanto en Europa como en América), del hijo de
Lo que más valora Kierkegaard de la novela "Dos Épocas" es la habilidad de la autora en la manera de tratar la vida familiar como medio de reflejo de los tiempos que corren. La autora misma comenta : "El tema que yo quise tratar no es el de los grandes eventos que nos sacuden con su violencia, sino el reflejo de esos hechos en las cuestiones domésticas, en la vida familiar, en las relaciones personales, en las ideas y modos de ver individuales, en la influencia que, conciente o inconscientemente afecta a cada uno":
Kierkegaard dice que él no intenta juzgar estas épocas (no más que su autora), que él sólo hace una descripción, y que lejos de ser un juicio del libro (del que recomienda su lectura y su relectura) es un intento de corregir el optimismo con que la autora relata las épocas.
Esta crítica literaria había sido pensada en un principio, para ser escrita no como un libro, sino publicada en un diario danés sobre literatura escandinava. Luego esta idea es descartada, ya que para Kierkegaard, los lectores de diarios "no son los más adecuados para leer ese trabajo".
Kierkegaard critica las demandas de cada época, diciendo, entre otras cosas, que ni siquiera la Caja de Pandora podría contener tantos desastres y tanta miseria como la que encierra la frase "las demandas de la época".
La época de la revolución es esencialmente pasional, es la era del honor, de la lealtad, como así también de la violencia.
La época del presente es esencialmente sensata, reflexiva, desapasionada, racional, es la era del cálculo, de las elecciones prudentes. Para Kierkegaard está muy cerca de ser algo cómico, y dice que en esta era, un jóven ya no envidia la capacidad o las habilidades de otro, o el amor de una hermosa mujer. Lo que alguien puede envidiar en la era presente es el dinero que otro pueda tener, ya que el dinero se ha convertido en el objeto del deseo.
Alicia Puy